jueves, 29 de junio de 2017

LA DEPRESIÓN: EL ENEMIGO INVISIBLE

Quiero comenzar diciendo que tengo una enfermedad invisible, incurable e incapacitante. Llevo siete años con depresión mayor, una condición que es, literalmente, la muerte en vida. No es una condición agradable: no es glamoroso estar en un hospital psiquiátrico, no es bohemio intentar suicidarte, tu vida no se vuelve más interesante por estar deprimido; es una enfermedad horrible de la que (si acaso se puede) cuesta mucho trabajo deshacerse.

No puedo dar una opinión clínica, no soy médico, pero como paciente psiquiátrico puedo contar cómo se siente y se tiene qué lidiar con ella. No es una guía, tampoco es un tratamiento, simplemente es un relato de un paciente depresivo/suicida. No busco lástimas ni estoy pidiendo ayuda (sé que lo mío ya es terminal), y ciertamente no quiero suicidarme, pero sé que voy a hacerlo tarde o temprano. ¿Cómo decirlo? Me repugna la idea de morir naturalmente.

Aclarado el punto de arriba, evita recomendarme psicólogos o decirme que Dios todo lo puede. No puedes ayudarme a menos que hayas sentido lo que yo, y si saliste de una depresión severa te felicito, pero yo no puedo salir de la miseria donde me encuentro. En realidad ya no me importa recuperarme.


¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?

Es una enfermedad mental paralizante y deteriorante, que afecta el equilibrio emocional, el rendimiento intelectual y la adaptación social, entre otras cosas. El cerebro deja de producir neurotransmisores (como la dopamina y la oxitocina), creando síntomas como: abulia, desinterés, trastornos del sueño y del apetito (ambos pueden aumentar o disminuir), ganas de llorar, episodios maniacodepresivos, etcétera.

Hay dos tipos de depresión: cuando el padecimiento se orgina dentro del cuerpo (por ejemplo, disminuyendo la serotonina en el cerebro) se considera una depresión endógena, mientras que cuando la depresión es causada por factores externos (abuso en las escuelas, discriminación, vivir en un lugar donde casi siempre está nublado…) se considera depresión exógena o reactiva.
No se debe confundir la depresión con la tristeza, la cual (si no escala a depresión) puede desaparecer con el paso del tiempo, tal vez pidiendo ayuda al psicólogo, mientras que la depresión no desaparece por sí misma, ya que afecta el funcionamiento del cuerpo (de ahí que sea considerada una enfermedad) y requiere de terapia y fármacos, o incluso una hospitalización.
Una pregunta aquí para todos los que siguen leyendo y prejuzgando que los suicidas somos débiles, egoístas, exagerados… Yo tengo una enfermedad, ¿tú te has curado de un resfriado simplemente deseando que desaparezca?


LA MUERTE EN VIDA

Muchos me han preguntado qué se siente estar deprimido. Yo hago la siguiente analogía:
¿Alguna vez ha muerto alguien a quien quisieras mucho? ¿Estuviste en su entierro? ¿Recuerdas esa sensación abrumadora de tristeza cuando bajaban su féretro, sabiendo que jamás ibas a volver a ver a esa persona? Imagínate sentir eso todos los días a toda hora, desesperanzado, y que nunca desaparezca o aminore, viviendo cada día sin sentido, sin disfrutarlo, vivir sin tener una vida. Bueno, así se siente la depresión, sólo que a quien ves bajar en un ataúd es a ti mismo, con todas tus esperanzas y sueños. Sientes estar enterrado para siempre, irreversiblemente. Si hay alguna sensación parecida a ser enterrado vivo, ésta lo es.

El paciente depresivo no tiene más control sobre sí mismo que un cadáver. Al igual que morir, todos tus planes a futuro se desvanecen contigo. Simplemente y de manera inesperada, todo ha acabado. Ya no hay esperanza, toda fe está perdida.


ESTIGMA

Lo primero a lo que te enfrentas es a la estigmatización por parte de tus amigos y compañeros (de clase o de trabajo). Un sentimiento horrible se apodera de ti, lo que antes era agradable ahora parece sin sentido.

He intentado suicidarme dos veces: la primera arrojándome de un puente y la segunda con una sobredosis de antidepresivos. Contrario a la idea que tiene la gente de que "quien se quiere matar se mata y ya", da muchísimo miedo suicidarte. Las dos veces que lo he intentado ha sido bajo la influencia del alcohol. El instinto de supervivencia no puede suprimirse, por más intenso que sea el deseo de muerte. Los dos métodos más usados en el suicidio son el ahorcamiento y las armas de fuego. Precisamente porque el ahorcamiento ocurre lentamente, generando endorfinas para la supervivencia (de ahí que exista la asfixiofilia o autoestrangulación erótica), es el método más usado por hombres y mujeres; mientras que las armas de fuego, por otro lado, dan poco o nada de tiempo para arrepentirse.

Ya que la depresión siempre es subjetiva, las personas raramente notan los síntomas. Igual que al estar enamorado, nadie puede decirte si estás deprimido o no; solamente tú lo sientes, y a nadie engañas al dar esa estúpida cara de felicidad excepto a ti mismo.

Los amigos pueden ser a veces unos verdaderos hijos de puta, limitándose a denigrarte con frases como "lo que pasa es que eres huevón" y "ya déjate de mamadas, estás así porque quieres". Los padres, por otra parte (a menos que hayan sido unos bastardos contigo y te hayan golpeado hasta el cansancio cuando eras niño) se niegan a aceptar que un hijo suyo está deprimido, ya que no pueden aceptar que hayan hecho algo mal. Lo que sea que te haya causado la depresión, lo lamento, pero estarás solo al enfrentarla.


MIEDO AL FUTURO.

La depresión causa uno de los síntomas más incapacitantes en el ser humano: el miedo al futuro. Un paciente depresivo deja atrás sus planes, sus deseos, sus esperanzas y aspiraciones. El futuro se ve negro, lleno de pesismismo. Es así que cae en un comportamiento errático y autodestructivo.
Algunos de los comportamientos destructivos que llevan a cabo las personas con depresión mayor son:
-Alcoholismo
-Drogadicción
-Cometer delitos
-Prácticas sexuales anormales
-Asumir conductas de riesgo

La depresión mayor también puede desencadenar un cuadro psicótico. De ahí que a veces sea acompañada de alucinaciones, comportamiento violento y/o conducta suicida.
No es una condición agradable. Yo no me imagino al día siguiente vivo. No puedo pensar qué haré en una semana, porque no me visualizo en ella. En cambio, dejo que los años se vayan lentamente, uno por uno, esperando que ese sea el año en que me suicide.

El miedo al porvenir es una sensación horrible. Quítale a un hombre la fe en el futuro y se entregará a cualquier conducta, sin importar lo dañina que sea para él o para los demás.


RECORDAR EL EVENTO

Es sabido que los depresivos "rumian" el evento que les causó tanto daño. Al igual que los asesinos en serie, vuelven al lugar donde les ocurrió tal desgracia para recordarlo. Es un reflejo incontrolable, contrario a la idea que tiene la gente de que "les gusta sufrir". Una reflexión aquí para ellos: ¿Alguna vez te ha pasado algo traumático, que te haya causado tanto daño? ¿Por qué lo sigues recordando? ¿Te gusta sufrir, por eso lo traes a tu memoria cada vez que puedes?

Cualquiera que haya sido la situación que detonó el cuadro depresivo, la mayoría de las veces el paciente se culpa de haberlo provocado. La sensación de culpa puede extenderse a otros eventos, generando ansiedad y ataques de pánico. Luego viene ese monstruo que te devora por dentro, haciéndote creer que eres una carga para tu familia y que todos estarían mejor sin ti. Cargas el peso del mundo en tus hombros y te sientes impotente para acabar con el dolor. Las expectativas negativas se conjugan entonces en sentido infinitivo, causando el anteriormente mencionado miedo al futuro ("nunca alguien me amará", "jamás podré lograr algo tan bueno", "siempre lo echaré a perder"…).


LAS BUENAS INTENCIONES

"El infierno está lleno de buenas intenciones", he escuchado que dicen. Para todos los que tratan de ayudar, he aquí un un consejo: por favor, dejen de dar ánimos estúpidos como "eres inteligente", "eres atractivo", "algún día encontrarás a alguien que te quiera"… ¡¡No funcionan!!
Yo he escuchado hasta el hartazgo: "Eres muy inteligente, deberías hacer algo con ello." Porque, claro, tengo todo para salir adelante pero me encanta el pozo de miseria en el que me encuentro, ¿cómo podría no gustarme seguir en la mierda y ver a mis amigos conseguir lo que yo quiero sin hacer esfuerzo alguno, envidiando a un puto paralítico en silla de ruedas porque, a pesar de tener la mitad del cuerpo incapacitada, tiene mucho más optimismo y ganas de vivir que yo? ¿A quién no le gustaría eso? Y ya que soy tan inteligente y tengo tantos talentos, ¿por qué no intercambiamos lugares?

Otra de las "buenas intenciones" es presionar al depresivo a enfrentar situaciones que lo perjudican (invitarlo al cine, a ir a una fiesta, a salir a caminar…). Es cierto que es necesario para la recuperación, pero obligar a un paciente con un cuadro depresivo/suicida a socializar es como quitarle a alguien el miedo a la muerte apuntándole con una pistola a la cara.

Antes de intentar algo con "buenas intenciones", pregúntate si lo que en realidad quieres es ayudarlo o simplemente limpiar tu conciencia.


MITOS

La gente tiene ideas falsas acerca de la depresión y el suicidio. Aquí están algunas de ellas, lee antes de juzgar:

1. "Alguien que se suicida lo hace sin avisarle a los demás."
FALSO. 8 de cada 10 personas que cometen suicidio lo avisan antes, y simplemente son ignorados. Si investigas cualquier incidente de suicidio (o de homicidio-suicidio), encontrarás que el suicida, durante un tiempo considerable, le comentó a sus amigos lo que iba a hacer, dejó notas suicidas, hacía comentarios en sus redes sociales y un montón de datos más; y nadie actuó porque "no creían que lo fuera a hacer".

2. "La depresión es más común entre adolescentes y ancianos."
FALSO. La mayor incidencia de pacientes con depresión se encuentra entre los 20 y los 40 años, la etapa más productiva del ser humano; mientras que tanto en hombres como en mujeres, las tasas más bajas son entre las personas de más de 65 años.

3. "Mientras más deprimido estás, más probabilidades hay de que te suicides."
FALSO. Alguien con depresión severa se vuelve incapaz de hacer algo para aliviar su dolor (nótese que el suicidio es visto por la gran mayoría de pacientes depresivos como un fin a su sufrimiento), además de la idea de culpa y castigo que tienen contra sí mismos ("yo me busqué ésto y merezco ser castigado"). Contrario a la creencia popular, los suicidios son más frecuentes entre pacientes que se están recuperando, y no entre los más enfermos.

4. "La depresión se puede quitar cuando quieras."
FALSO. La depresión es una condición neurológica, no psicológica. El cerebro no puede producir neurotransmisores, por lo que no puede desaparecer simplemente. ¿Puedes tú generar glóbulos rojos solamente pensando en ello? Al igual que cualquier otra enfermedad grave, necesita ser tratada por un médico, quien seguramente te recetará diferentes medicamentos, dependiendo de tus síntomas.


CONSIDERANDO EL SUICIDIO

Ahora que si lo que quieres es quitarte la vida, ya no está en mí el impedírtelo; únicamente puedo contarte (como suicida frustrado) lo que va a pasar cuando decidas llevarlo a cabo. Antes de que te suicides recuerda que la muerte es irreversible y, si acaso sobrevives, puedes quedarte en este mundo con daño cerebral permanente, inválido, con mucho más dolor que antes y, lo peor de todo, vivo.
Ésto es lo que pasará cuando decidas quitarte la vida:

Seguramente te embriagarás para darte valor, tal vez incluso fumarás un cigarrillo. Reflexionarás sobre lo que vas a hacer y al final decidirás llevarlo a cabo en un arranque de ira y valor. Habrá dolor, no importa lo que hagas, porque tu cuerpo luchará para mantenerse vivo. Finalmente toda sensación irá desapareciendo y tu cuerpo lentamente se apagará. Tus latidos disminuirán, tu vista se desvanecerá, tus músculos se relajarán y tu cerebro dejará de funcionar. Tu muerte se habrá consumado, nunca volverás a la vida. ¿Has pensado en cómo se sentirá tu madre al ver a su hijo muerto en la misma casa donde lo vio crecer, disfrutar, comer, dormir…? Tus padres recordarán cómo solías abrazarlos, hablarles, verlos con alegría, reír. Pero ya no podrás hacerlo nunca más, porque decidiste quitarte la vida. Y si saltaste de un edificio seguramente un montón de imbéciles morbosos grabarán tu muerte y te convertirás en la siguiente estrella de las páginas violentas. Tu familia y amigos verán tu muerte una y otra vez, condenados a revivir el evento miles de veces. Finalmente, después de tu funeral, serás solamente un montón de carne pudriéndose en una tumba.


EL COSTO DE LA RECUPERACIÓN

Ayudar a alguien para recuperarse no es fácil, y definitivamente no es barato. Si no tienes seguro médico, las medicinas pueden ser muy costosas (la fluoxetina, también llamada "Prózac", puede llegar hasta los $1,500 por caja), además de la terapia (un psicólogo, en promedio, cobra $350 por sesión). Sé que es caro, pero debes evaluar el costo de regresarle a alguien la alegría y el sentido a su existencia. Si no actúas pronto, serás cómplice de su suicidio, porque el muerto no se levantó un día en su vida perfecta y dijo "es un lindo día, hoy me voy a suicidar", y tomó una pistola y se voló la cabeza porque era un ser humano completamente feliz al que nada le afectaba.
Antes de que escale, si tienes algún pariente o amigo que tenga depresión, ayúdalo. Es mucho más caro e impactante comprar un féretro y ver a tu hijo sin vida adentro, y luego pagar por el funeral y el entierro, y éso sí de manera obligatoria, porque el muerto no va a levantarse porque le digas "revive, tú no estás muerto, no te hagas pendejo".


RECOMENDACIÓN DE UN SUICIDA

Sé que no es fácil llevar una depresión severa, pero si buscas tratamiento es más probable que alguien te ayude. El CISAME (Centro Integral de Salud Mental) ofrece tratamiento psiquiátrico gratuito, al igual que psicológico. Y si estás al borde de una crisis, puedes llamar al 066 (yo lo hice) o a la línea suicida de tu país. Tan egoísta es dejar este mundo como obligar a alguien a seguir sufriendo, pero la decisión de cambiar depende únicamente de ti. A fin de cuentas ya le desagradas a todos, ¿qué tienes qué perder?

¿Y por qué yo no acepto ayuda e incito a otras personas a buscarla, si yo no hago lo que predico? Es fácil: soy un paciente psiquiátrico, ¿qué esperaban?


"Hay pocos trastornos psicológicos que sean tan debilitadores y ninguno que produzca tanto sufrimiento como la depresión grave."
http://www.monografias.com/trabajos10/depre/depre.shtml